jueves, 1 de marzo de 2012

Sonreí y me levanté de la cama. Me dirigí al salón para esperarle. Después de diez minutos, el sonido de la puerta me puso nerviosa. La abrí sin mirar por la mirilla y me encontré con la perfección echa persona.
el me sonrío y abrió los brazos. Yo, en respuesta me acerqué y nos fundimos en un cálido abrazo. Luego le besé con ganas, como si necesitara sus labios. El, me siguió el beso con ansia, sin despegar sus manos de mi cuello. Me separé un poco y le susurré cerca del oído:
-Mi droga perfecta.

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